Aun recuerdo las frases de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), después de perder la elección para Presidente de la República de 2006.
1.- “Al diablo con las instituciones”
2.- “Nunca reconoceré a Calderón, es un Presidente espurio.”
3.-“Soy el Presidente legitimo de México”
4.- “Estamos aquí congregados porque, ante el fraude electoral del 2 de julio (2006), decidimos declarar abolido el régimen de corrupción y privilegios, y comenzar la construcción de una nueva República” (Discurso de toma de protesta como Presidente Legitimo de México)
5.- “Cuando la derecha quiera imponer algo contrario al interés general, apoyados en el contubernio que mantienen el PRI y el PAN en el Congreso, como sucedió en el caso del Fobaproa o en el desafuero, entonces, ante una circunstancia de esa gravedad, convocaríamos a la movilización nacional” (Discurso de toma de protesta como Presidente Legitimo de México).
1.- “Al diablo con las instituciones”
2.- “Nunca reconoceré a Calderón, es un Presidente espurio.”
3.-“Soy el Presidente legitimo de México”
4.- “Estamos aquí congregados porque, ante el fraude electoral del 2 de julio (2006), decidimos declarar abolido el régimen de corrupción y privilegios, y comenzar la construcción de una nueva República” (Discurso de toma de protesta como Presidente Legitimo de México)
5.- “Cuando la derecha quiera imponer algo contrario al interés general, apoyados en el contubernio que mantienen el PRI y el PAN en el Congreso, como sucedió en el caso del Fobaproa o en el desafuero, entonces, ante una circunstancia de esa gravedad, convocaríamos a la movilización nacional” (Discurso de toma de protesta como Presidente Legitimo de México).
En aquel entonces, AMLO era aspirante a la Presidencia de la República por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Felipe Calderón por el Partido Acción Nacional (PAN). Después de la victoria apretada del PAN en julio de 2006, AMLO se canso de desconocer a Calderón como presidente de la República; es más se autonombró Presidente Legitimo de México.
Realizó marchas, plantones, paros, desquició la ciudad de México, condenó y exigió la expulsión de todos aquellos perredistas que reconocieran a Calderón como presidente, rindió protesta en el zócalo de la ciudad de México, formó su gabinete, asumió el control total del PRD, formo el grupo más radical dentro de la izquierda mexicana, asumió el liderazgo de las tribus perredistas y mando a todos al diablo. Lo único que no exigió fue que aquellos presidentes municipales, jefes delegacionales, diputados locales y federales; en fin, todos aquellos perredistas que habían ganado un puesto en la misma elección de 2006-misma en que Calderón resultó electo- renunciaran por ser una elección fraudulenta. Para ellos no pidió el “voto por voto, casilla por casilla”, ellos si tenían legalidad, en una elección ilegal –desde su punto de vista-por ser abanderados del PRD.
Esas son algunas de las incongruencias que ha vivido el PRD, en su corta trayectoria. Hoy, vive una más. Quizá la más grave, quizá las más aguda. Hoy coquetea con el PAN para ir en alianza y derrotar al PRI.
¿Con el PAN?, ¡siI! el mismo partido al que no reconoció, ¡si! el mismo partido que le robo la elección de Presidente de la República, ¡si! El mismo que impuso a Calderón en la presidencia, ¡si! El mismo que ordenó el desafuero de AMLO, ¡si! el mismo partido del Presidente espurio ¡si!.
Hoy el PAN padece los mismos síntomas del PRD, la lucha constante al interior del partido, grupos radicales y una profunda crisis de identidad.
Hace menos de un mes, el PAN aprobó la alianza con el PRD en Oaxaca para la candidatura de Gabino Cué, personaje cercano a AMLO y quien hasta ahora no ha reconocido la legitimidad del Gobierno de Calderón.
¿Por qué? Muy sencillo, Cesar Nava, dirigente nacional de Acción Nacional, tiene como objetivo ganar elecciones, después de la desastrosa derrota de julio de 2009 donde el PRI retomó la mayoría en la cámara de Diputados y se llevó la mayoría de los puestos de elección popular de ese mismo año.
¿Se puede hacer eso? Las reglas electorales de nuestro país permiten las alianzas entre partidos políticos, y el PAN no tiene opción real de ganar ninguna de las elecciones por sí sólo. Bajo ese tenor, buscar alianzas con quien fuera era la única alternativa, aunque fuera con un partido que no reconoce la legitimidad del gobierno panista de México.
¿Las consecuencias? El voto “duro” del PAN no van elegir a un candidato del PRD que está a favor del aborto, los matrimonios homosexuales y que no reconocen al presidente Calderón. Los militantes convencidos del PRD de ninguna forma van apoyar al candidato del PAN derechista, conservadores y capitalistas.
Ambos partidos viven una crisis profunda, que los orilló a olvidarse de su pasado histórico, político e ideológico. Me pregunto ¿los votantes les creerán?... sabia virtud de conocer el tiempo.
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