
Con mucho entusiasmo y respeto levante la mano para hacerle una pregunta a Don Lorenzo- hoy después de 60 años de la fundación de Bimbo, con ventas anuales de casi 7 mil millones de dólares, con mas de 5 mil productos, 100 marcas más de 87 mil colaboradores ¿hay algo de lo que se arrepienta Don Lorenzo?-. Con voz entrecortada y con los ojos llenos de lagrimas me contesto “Si, me arrepiento de no haberle dedicado más tiempo a mis esposa y a mis hijos”. Los que escuchamos esa respuesta no tuvimos más que levantarnos y brindarle una ovación, a un hombre de una sencillez y humildad sorprendentes. En libro “Al Grano” Don Lorenzo revela “cuando ella murió-Carmen, su esposa-aquel 20 de febrero de 2002, padecí el primer fracaso verdaderamente en mi vida…y por primera vez sentí que me derrumbaba…sigo viviendo, luchando y trabajando, pero con muy pocas ganas”. En el mismo libro de Silvia Cherem, Don Lorenzo afirma que no comprende como ante las tareas más importantes de la vida: ser esposos y papas, las personas llegan sin preparación y aun así salir adelante. “Pienso que los papás, antes de tener hijos, deberíamos graduarnos como papás; igualmente, antes de ser esposos, deberíamos graduarnos como novios. Ello es imposible y los seres humanos somos de tal irresponsabilidad, que en las tareas más importantes de nuestra vida, somos unos neófitos sin preparación. Es un milagro que salgamos adelante”.
Fue una experiencia admirable, un hombre que a sus 90 años sigue dando ejemplos de integridad, un hombre que irradia energía, todos los días se levanta a las 5 am a nadar y hacer ejercicio. Un ser humano coherente entre lo que piensa y hace, tiene una filosofía de la vida muy especial: “En tiempos de crisis, sólo hay de dos sopas: levantarse en armas o levantarse más temprano-sostiene Don Lorenzo-así que jóvenes les aconsejo levantarse más temprano y trabajar duro”.
Ese día tuve la oportunidad no sólo de convivir con el socio fundador de Bimbo sino con el ser humano que fundo Bimbo. Un reconocimiento y mi más sincero agradecimiento a Don Lorenzo por brindarme la oportunidad de escucharlo, saludarlo y hoy puedo agregar, también de admirarlo.