jueves, 7 de enero de 2010

El BRIC avanza y ¿México?

Un año difícil sin duda fue este 2009, las economías mundiales sufrieron una recensión, especialmente la estadounidense, no vista desde la década de los 30s con la gran depresión. Sin embargo hubo países que manejaron, soportaron y superaron la crisis mundial con gran tranquilidad, incluso hubo países que aprovecharon esta crisis para aumentar el ritmo de su crecimiento.

Con mejores estrategias, con proyectos más innovadores, con liderazgos fuertes y hombres de negocios con mejores planes, Brasil, Rusia, India y China resultan ser países líderes en la esfera mundial.

Hoy el BRIC (Brasil, Rusia, India y China), aporta el 15% del PIB mundial y 40% de las reservas de oro y divisas. Estos cuatros países son los responsables del 65% del crecimiento mundial. Según especialistas de continuar con esta tendencia, antes de la mitad del siglo el BRIC será más poderoso que el G6, integrado por EUA, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia.

¿Qué tienen de común estos cuatro países?, son cuatro naciones con enormes extensiones territoriales. Rusia es el país en el mundo con más territorio. China es el tercero, Brasil es el quinto y la India el séptimo. Y dentro del mercado globalizado el territorio es sinónimo de riquezas naturales, potencial agrícola, ganadero, minero y forestal.
Otro punto en común, es que son cuatro de los países con mayor población. China es la nación más poblada, India la segunda, Brasil la quina y Rusia la novena. Y cuando se habla de habitantes, se habla de consumidores reales o potenciales.

¿Y México? En ninguno de los aspectos anteriores nuestro país esta mal. Es el país 30 en extensión territorial y el 11 en población. Y si le sumamos la vecindad geográfica con EUA, México debería encontrarse dentro de las potencias tanto como proveedor y consumidor.

Sin embargo, algo sucedió a partir del 2000. México perdió el rumbo. De ser un país muy por encima de las cuatro del BRIC, bajó el ritmo de crecimiento y se estanco. Mientras Brasil, Rusia, India y China se encaminaban hacia destinos nunca antes vistos en sus economías, que incluso fueron socialistas y comunistas, México se iba quedando en el camino.

Mientras Brasil se reinventaba con una novedosa industria energética apuntalada por el etanol y los nuevos yacimientos petroleros en aguas profundas, México seguía discutiendo el tema del “desafuero”. Hoy Brasil surte al mundo de granos y carne. Sacó ventaja del boom de los commodities. Mientras tanto, nuestro país, con territorio suficiente, importa 25% del maíz, 50% del trigo, 80% del arroz, 45% de la carne de cerdo, 95% de la soya, y estamos conversitos en el principal importador de leche del mundo.

Mientras Rusia aprovechaba el boom petrolero, con precios del crudo jamás imaginados, para hacer una reserva y fortalecer su economía, México malgastaba sus excedentes en aumentar su burocracia. Hoy Rusia está empleando los 600 mil millones de dólares de reservas para amortiguar la crisis financiera, mientras que el gobierno mexicano demanda más impuestos para cubrir los gastos de la burocracia cuyos sueldos crecieron 80% desde el año 2000.

Mientras la India revaloraba su sistema educativo para exportar talento digital, la política laboral y educativa de México fomentaba las maquiladoras para exportar mano de obra barata. Hoy, 28% de los indios que laboran en el sector servicios aportan 53% de la riqueza nacional, mientras que en México 59% de los mexicanos que laboran en le mismo sector aportan 61% del PIB; una productividad a medias.
Y China con su diversificación comercial se blindó de caer en una recesión frente a la crisis financiera de EUA. Mientras México cayó en una recesión peor que la de los EUA. Hoy si se quiere fabricar autos en China, 60% de sus insumos tienen que ser nacionales. Y los flujos de capital le permiten destinar 40% de su riqueza nacional a apuntalar la inversión, y con ello a la creación de empleos.

¿Las recetas? Son múltiples y variadas, desde estrategias de inversión hasta una verdadera reforma educativa, pasando por reformas laborales y petroleras. Sin embargo nuestro país no ha podido transitarlas; no sólo por las discusiones inútiles sino porque realmente no se ha querido.

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