En una clase de Análisis Económico nos decía un maestro: “cuando yo era niño mi padre mandó a todos mis hermanos (7) y mi, a estudiar. Aunque no teníamos dinero mi papá hizo todo lo posible para darnos educación. Dinero que caía a la casa era para libros, cuadernos y lápices. Con tanta familia salía caro la alimentación, eso no importaba; porque si el dinero únicamente hubiera servido para comprar tortillas y ponerlas en la meza, siguiéramos así: estirando la mano y recibiendo tortillas. Por eso yo vote por el PAN, porque dentro de sus propuestas esta la creación de nuevos puestos de trabajo, inversión en infraestructura, impulso a las inversiones, apoyo al turismo y al campo; para que no tengamos que estirar la mano y recibir tortillas, sino trabajar en las nuevas empresas que vendrán al país y ganar una vida más digna.”
Recordé esa historia al estar leyendo el nuevo impuesto que propone Felipe Calderón en el paquete económico. Este nuevo gravamen al consumo de 2%, prevé recaudar 70 mil millones de pesos. De los cuales 24 mil millones de pesos se destinaran al programa Oportunidades, 4 mil millones al Seguro Popular y 23 mil millones al Fondo de Reserva para los Gobernadores Estatales. En caso de que se apruebe el impuesto y se acuerde excluirlo a alimentos y medicinas, la recaudación sería de 54 mil millones de pesos, lo que obliga a reestructurar la distribución del mismo.
Con el nuevo impuesto se pretende aumentar a 6.8 millones de familias inscritas a estos programas, por encima del 5.2 millones de familias ya inscritas. De las cuales, las familias que se encuentren en extrema pobreza recibirán 950 pesos al mes por aplicación del programa Oportunidades.
Hace apenas 2 días (22 de septiembre en la Semana de la Ciencia y la Innovación 2009 en la Ciudad de México) Robert Engle, Premio Nobel de Economía 2003, decía que era una "solución equivocada" el aumento de impuestos en una recesión como la que estamos viviendo. Sugirió otras medidas, como la disminución de los trámites burocráticos para las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, y la apertura de Pemex a socios privados. Eric Maskin, Premio Nobel de Economía de 2007, también señaló, el 23 de septiembre, que un impuesto al consumo bajaría la actividad económica y propuso en cambio reducir impuestos.
¿Sin embargo ayudan estos programas sociales a salir de la pobreza?, ¿mejora realmente la calidad de vida de las personas?. ¿Las familias no preferirían tener un empleo donde ganarse la vida?. ¿Cuándo existe la posibilidad de empleo los índices delictivos no disminuyen?. ¿No seria mejor invertir ese dinero en estimular a las empresas para que contraten personal?. ¿Crear infraestructura para que empresas vean en nuestro país una opción real de establecerse, y por ende dejar sus impuestos y sus empleo en México?.
La destinación del nuevo impuesto contribuye a estirar la mano y recibir tortilla. Es únicamente un paliativo a la pobreza. No contribuye a resolver el problema de fondo. Es sacar agua del barco, aun cuando se sabe que el barco tiene un hoyo por donde va seguir entrando agua. Estoy convencido que el problema no es el impuesto sino la forma de gastarlo.Lo que nuestro país necesita es promover una mayor actividad económica que genere empleos. Esta es una de las mejores soluciones para combatir la pobreza. El presidente Calderón debria escuchar la voz de los expertos, y no seguir con programas que lejos de combatir la pobreza la agudizan cada vez más.
¿Es así señor presidente como pretende ayudar a las familias que se encuentran en una situación tan lamentable como es la extrema pobreza, aumentando los impuestos?
martes, 22 de septiembre de 2009
¿Es así señor Presidente como pretende resolver el problema de la pobreza, aumentando impuestos?
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