miércoles, 2 de junio de 2010

Traslado de los héroes patrio

artículo elaborado el Martes 1 de junio
De la columna de la Independencia, fueron hoy trasladados los restos de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, José María Morelos, Mariano Matamoros, Mariano Jiménez, Javier Mina, Vicente Guerrero, Leona Vicario, Andrés Quintana Roo, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria; al Museo Nacional de Historia del castillo de Chapultepec, para ser expuestos al público, conmemorando los 200 años de nuestra Independencia.

Mientras leía la nota, recordé un libro de Alejandro Rosas, “Mitos de la Historia Mexicana”, donde hablaba de la dudosa autenticidad de los restos de muchos de los personajes de nuestra historia. Por ejemplo, durante el sexenio de Miguel Alemán (específicamente en 1947) fueron descubiertos los restos de Hernán Cortés en uno de los muros de la iglesia del Hospital de Jesús. Supuestamente la historia oficial decía que, Lucas Alemán los había escondido ahí para evitar que una turba enardecida en contra de los españoles los quemara. Esta noticia levantó diversas reacciones en la población mexicana, para calmar estas reacciones y por arte de magia, aparecieron los restos en Ixcateopan, en el estado de Guerrero, del último emperador azteca y vencido por Cortés: Cuauhtémoc. Por supuesto que los restos fueron declarados auténticos, sin importar lo que los expertos habían dictaminado, que entre ellos había huesos de niños e incluso de animales.

Así mismo, diversas opiniones circulan a cerca de la autenticidad de los restos que albergaba la columna de la Independencia. Se comenta que los restos del “Siervo de la Nación”, José María Morelos y Pavón, fueron exhumados por su hijo Juan Nepomuceno Almonte. Sin embargo parece no importar si son auténticos o no, sino festejar y homenajear los restos de los próceres de la patria.

En mi opinión, la conmemoración de nuestros 200 años de independencia, a la par de los 100 años de la revolución mexicana, debería festejarse de otra forma. Terminar, o por lo menos acortar, la brecha educativa que existe en nuestro país, crear un sistema educativo de calidad que permita incrementar la competitividad y crear productos de valor agregado, un sistema educativo que le apueste a la innovación e investigación; eso si, sería buen regalo para México. Sin embargo, seguimos creyendo que recordar el pasado, celebrarlo, exhumarlo, exponerlo; es un buen síntoma que señala que vamos por el camino correcto. El verdadero problema de México no se llama corrupción, narcotráfico, violencia, secuestros, clase política. Se llama educación y su apellido es cultura. Tiempo al tiempo.

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