Fernando Gómez Mont es el tercer secretario nombrado durante la actual administración del Presidente Felipe Calderón. Al comienzo de la actual administración fue nombrado Francisco Ramírez Acuña para que dirigiera la política interior del país, cargo que desempeñó sin paz ni gloria. Luego fue nombrado Juan Camilo Mouriño, amigo intimo del Presidente Calderón, quien murió el pasado 4 de noviembre al caerse el avión en que viajaba junto con José Luis Vasconcelos y otro seis colaboradores. De aquel hecho lamentable sólo sabemos algunos datos: que el avión Learjet en que viajaba el secretario de Gobernación no estalló en el aire, que el piloto mantuvo un contacto normal por radio con la torre de control durante el trayecto, que se perdió dicha comunicación segundos antes de que el avión se estrellara, que no hubo ninguna señal de alarma, que un avión comercial (Boeing 767) iba delante de él, que no hay rastros de explosivos en los escombros del avión y que el Learjet se fue en “picada” repentinamente. El gobierno mexicano invito a peritos estadounidenses e ingleses a realizar una investigación profunda a cerca de las causas del desplome del avión. La información ha circulado y circulara en los próximos días. No hay pruebas contundentes que sostengan la hipótesis de un atentado, la información obtenida hasta el momento indica que todo fue un accidente, lamentable, pero accidente.
El tercer Secretario de Gobernación fue nombrado el pasado lunes 10 de noviembre por el Presidente de la República. Fernando Gomez Mont. Gomez Mont en 1991 fue nombrado diputado federal y presidente de la Comisión de Justicia. Fue representante de Acción Nacional ante el Instituto Federal Electoral durante varios años hasta que renunció al Comité Ejecutivo de Acción Nacional y fundó el despacho Zinser, Esponda y Gómez Mont Abogados. Jorge Fernández Menéndez el 11 de noviembre escribió es su columna del Periódico Excelsior quizá el perfil más exacto de Gómez Mont “En 1988, cuando el panismo logra salir del marasmo en que lo habían envuelto las corrientes más conservadoras de ese partido, don Luis H. Álvarez era su presidente nacional; Manuel J. Clouthier su candidato presidencial, y sus dos grandes operadores, Carlos Castillo Peraza y Diego Fernández de Cevallos. Fallecido Clouthier, Diego y Carlos ocuparon prácticamente todos los principales espacios de operación: en el partido, en el Congreso, en lo que sería el largo proceso de negociaciones que llevaron a varios cambios constitucionales definitorios durante el sexenio de Carlos Salinas y allanaron el camino para que en 2000 el PAN llegara al poder, aunque sin ninguno de ellos como protagonista. Antes, en 94, Carlos era presidente del partido, Diego candidato presidencial. Ambos tenían a dos jóvenes que eran a su vez sus principales operadores y discípulos: Castillo Peraza a Felipe Calderón Hinojosa; Fernández de Cevallos a Fernando Gómez Mont. Esos jóvenes eran la gran promesa política del panismo: hijos, ambos, de las familias fundadoras, nacidos en la misma época (Calderón en 62, Gómez Mont en 63, los dos egresados de la Escuela Libre de Derecho) y fueron los dos que más rápido y más exitosamente se habían colocado en el panorama político nacional, cuando no terminaban de cumplir 30 años, detrás de sus respectivos jefes políticos. Hoy, uno es Presidente de la República, el otro regresa de casi 15 años de muy exitosa labor de abogado en el sector privado, como secretario de Gobernación. La decisión del presidente Calderón, que sorprendió a todos, implica, manteniendo el compromiso generacional, pasar del grupo compacto a los sucesores de aquella generación que encabezó Luis H. Álvarez. El dato no es menor: aquellos jóvenes eran, en los hechos, los sucesores de sus jefes políticos, pero también hombres con visiones distintas, apuestas personales y políticas, aun perteneciendo a una misma corriente, diferentes. La distancia que los separaba era la misma que la que separó en vida a Castillo Peraza y Diego Fernández, pero el hecho es que nunca el PAN había tenido, ni volvió a tener, una dupla para la operación y el crecimiento partidario como aquélla. El nombramiento de Gómez Mont parece ser la búsqueda del regreso a esos momentos e implica, también, de parte del presidente Calderón, no cerrarse con los sectores más conservadores del panismo y, por el contrario, abrirle la puerta a quien se significó como uno de los operadores mejor preparados para el diálogo con otras fuerzas políticas”. Los retos que enfrenta el nuevo Secretario de Gobernación, son sin duda, retos importantes –económicos, sociales, de seguridad- la capacidad para afrontar dichos retos serán la clave para que las reformas continúen y la guerra contra el crimen organizado incline la balanza hacia el lado del gobierno y la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario